domingo, 26 de abril de 2009

A TRAVÉS DE UN CUADRO

De todas las versiones que realizó Munch de este paraje de Oslo, esta es la más dramática. "Chicas en el muelle".
Apreciamos claramente la agresividad con que las líneas de madera parecen ensartar el cuerpo de las tres jovencitas.

La cerca blanca del umbrío jardín divide el cuadro en dos áreas de igual tamaño, aunque en equilibrio problemático.

La barandilla refuerza esta división al coincidir con la diagonal del área inferior, de carácter ascendente.

La barandilla ejerce, por tanto, un empuje ascendente hacia el camino en cuesta, y lo hace con tal fuerza que toda la mitad inferior de la composición parece a punto de ser absorvida por el camino en cuesta, como por el desagüe de una pileta.

Sólo el conjunto superior parece resistirse a la violenta fuerza de absorción del camino en cuesta.

Las direcciones de mirada de las tres chicas oponen una decidida resistencia al empuje de la barandilla.

Sus miradas se proyectan con especial intensidad gracias al soporte de la franja horizontal de la orilla, logrando casi contrarrestar el empuje de la diagonal.

El cuadro alcanza así un equilibrio extremadamente dinámico, a punto siempre de romperse en un sentido u otro, según el elemento de la composición al que prestemos atención en cada momento.

El árbol que domina la composición hace de contrapeso del grupo de chicas, aunque su enorme masa parece capaz de vencerlas a pesar de su alejamiento. Esta impresión se ve reforzada por el oscuro reflejo del árbol sobre el río, ocupando casi toda su parte visible. Así, acabamos percibiendo el río más bien como un abismo abierto a los pies de las chicas.
información extraída de:www.artecomp.com

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